martes, 4 de agosto de 2009

Fischer el creador.

Bobby Fischer sin duda alguna ha sido un jugador maravilloso, capaz de encontrar sobre el tablero las más fantásticas soluciones. Popularizó a niveles insospechados el ajedrez. Sus decisiones polémicas y extravagancia siempre mantuvieron un halo mítico. Su decisión de abandonar el ajedrez tras conseguir el titulo mundial, no hizo más que agrandar su leyenda.


Sobre Bobby Fischer se ha escrito mucho, se han hecho películas, documentales, se han analizado cada una de sus partidas profundamente. Esta mañana pensé escribir sobre el, pero desde otro enfoque, desde el punto de vista de su creatividad no sobre el tablero sino fuera de él. Considero que su genialidad se muestra en su verdadera dimensión con dos creaciones revolucionarias para el ajedrez.

La primera fue el "Reloj Fischer", la idea radica en que los jugadores reciban incrementos de tiempo por cada jugada realizada, con el fin de no perder "partidas ganadas" por apuros de tiempo. Actualmente el ritmo normal de juego impuesto por la FIDE es de 90 minutos por jugador para toda la partida, más un incremento de 30 segundos por cada jugada realizada.

Fischer patentó su reloj en 1998 en Estados Unidos con el número de patente 4 884 255. Es necesario mencionar que Fischer nunca recibió si quiera un dólar por su creación, en contraparte la empresa DGT (Empresa que incorporó por primera vez el sistema Fischer a sus relojes digitales) manifestó que Fischer jamás contestó a los intentos de contacto con él.

Si analizamos la creación de Fischer, podemos observar que fue sencillamente genial, solucionó una problemática que existía desde el inicio del ajedrez. La originalidad de su solución demuestra su inmensa creatividad y su espíritu innovador.

La segunda fue el "Ajedrez Fischer", que es un modalidad de ajedrez en la cual, la posición inicial de las piezas se sortea, aunque con algunas restricciones.

En el Ajedrez Fischer existen 960 posibles posiciones iniciales. La posición inicial del ajedrez clásico y otras 959 posiciones iniciales. Se conservan casi todas las reglas de ajedrez, exceptuando la regla del enroque, que cambia y se amplia, para permitir que cada jugador se enroque a su lado izquierdo o bien a su lado derecho desde cualquier de las 960 posiciones iniciales.



El objetivo de Fischer era crear una variante de ajedrez donde la creatividad y el talento de los jugadores fuesen más importantes que la habilidad de memorizar y analizar aperturas predeterminadas.

Es otra idea verdaderamente revolucionaria, ahora ya no existirán justificaciones que apuntaban y acusaban a los estudiosos y supuestamente "menos talentosos". Pienso y espero no equivocarme, que dentro de unos cinco años será la única alternativa para el ajedrez. El avance de los software de ajedrez es incontenible y pronto hayarán un algoritmo que permita encontrar las mejores jugadas -que serán incorporadas a las inmensas bases de datos que existen-, ya no quedará más que estudiar, todo estará escrito bajo la modalidad de ajedrez clásico.

Nos encontramos con el ajedrez del futuro, nos asegurará que regresen los románticos y soñadores jugadores de antaño. La creatividad será su bandera y el talento la más poderosa arma sobre los trebejos.

Saludos,
Juliozet.